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Starting next week and here we tell you why we decided to create Triptico, an open level class for everyone to join. (English & Spanish). 

Every time we arrive at a place of Tango we know that during the different dancing encounters we have in ‘tandas’, we listen to different orchestras of various styles: some more rhythmic, others more melodic and some that balance the rhythm with the melody very well, offering us tunes that can be danced at a medium-paced time, neither too slow nor too fast.

We have romantic, sad, dramatic and some anecdotal tangos, but always in the solemnity of the embrace, melting the dancing couple into one soul. The movements can have long pauses and suspensions because when we dance to the classic traditional Tangos there is no rush, silences are gold, the feet connect well to the floor as we push the rhythm of the 4/4 in walks that intermingle the strong with the weak beats.

In Tango some parts of the music are more accentuated than others, while also welcoming the syncopations to break the monotony. A kind of solemn march that evokes the times of the ‘Cumparsita’ when it was played in the carnival of the ‘Rio de la Plata’, memories of past times that brought so much pride to the predecessors of Tango.

But something else happens when we go out to dance, we will have ‘tandas’ of milongas and valses (Tango Waltz). These rhythms are branches of the great trunk of the tree that is Tango, each with its own characteristics and ways of feeling.

Those of us who enjoy dancing to Milongas is because it makes us feel joyful, playful and we don’t waste a note from the 2/4 to look for fun. Our bodies feel free to exaggerate the “quebradas” and our feet quickly tap on the echoes of the drums evoking Tango’s black grandfather, the ‘Candombe’.

With the Valse we have a moment to feel delicate, fluid and our bodies navigate the dance floor in swivelling movements, a subtle dance full of energy moving us like the current of a river. At times we lengthen and at other times we hold back to pivot into the 3/4 rhythm. The ‘valsecito criollo’ or Creole Waltz (descendant of the Viennese waltz) prevailed in the Tango salons by 1940s, it became refined, looking more elegant with long notes coming out of the violin accompanied by ethereal, romantic piano harmonies.

A graceful dance always leaving our souls full of emotions and a smile on our lips.

Triptico, is a dance and music invitation to enjoy these three flavours, three feelings, three rhythms, all co-existing in one heart.

Solo MusicWorkout -Triptico- Tango*Vals*Milonga*

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Cada vez que llegamos a una lugar de Tango sabemos que durante los distintos encuentros que tendremos en las ‘tandas’ tendremos la oportunidad de escuchar distintas orquestas con estilos variados, unas mas rítmicas, otras mas melodicas y algunas más que balancean lo rítmico con lo melódico muy bien, ofreciéndonos temas que se pueden bailar a un tiempo medio, ni muy lento ni muy rápido. Tenemos tangos románticos, tristes, dramáticos y algunos anecdóticos, pero siempre en la solemnidad del abrazo que nos funde en uno sola alma con la pareja que bailamos. Los movimientos pueden tener largas pausas y suspensiones, porque cuando bailamos el Tango tradicional clásico no hay prisa y los silencios son oro, los pies se pegan bien al piso y vamos empujando el ritmo del 4/4 en caminadas que entremezclan los tiempos marcados con fuerza con las bienvenidas sincopas que nos rompen la monotonía de esa marcha que nos evoca los tiempos de la Cumparsita, en las murgas de carnaval del Rio de la Plata que tanta felicidad trajeron a los precursores del Tango.

Pero algo más sucede cuando salimos a bailar, tendremos tandas de milongas y de valses, estos ritmos son ramas del gran tronco del árbol que es el Tango, cada uno con sus propias características y su forma de sentir.

A quienes nos gusta bailar la Milonga es porque nos hace sentir felices, juguetones y no perdemos una nota del 2/4 para buscar la diversión. Nuestro cuerpo exagera un poco las ‘quebradas’ y nuestras piernas pueden llegar a ‘repicar’ los ecos de los tambores del lejano Candombe.

Con el Vals tenemos un momento para sentirnos delicados, fluidos, nuestros cuerpos navegan por la pista de baile en movimientos giratorios, sutiles pero llenos de una energía que nos mueve como la corriente de un río. Por momentos nos alargamos y en otros nos contenemos para dar pivotes al ritmo del 3/4. El Vals criollo (descendiente del vals de Viena) se impone en los salones de Tango y éste lo va moldeando, volviéndolo más fino y elegante con largas notas de violín y armonías etéreas del piano. Un baile de elegancia que siempre nos deja el alma llena de emociones y en los labios una sonrisa.

Triptico, con danza y música es una invitación a disfrutar de éstos tres sabores, tres sentimientos, tres ritmos y un solo corazón.